sábado, 24 de julio de 2010

Introducción

«El saber occidental intenta, desde hace veinticinco siglos, ver el mundo.
No ha comprendido que el mundo no se mira, se oye. No se lee, se escucha.
(...) hay que aprender a juzgar a una sociedad por sus ruidos, por su arte y
por sus fiesta más que por sus estadísticas»
(Attali, 1995: 19)

La música es un medio para percibir el mundo, un instrumento de conocimiento que incita a descifrar una forma sonora del saber. Una aproximación al estudio de la música debe intentar comprender la producción y reproducción de esta en relación con el proceso de desarrollo social, para ello debemos prestar especial interés al espíritu de la época. Este zeitgeist es lo que hace variar tanto la forma de interpretar y de consumir como el significado que se confiere a la música: como arte, como medio de comunicación, como elemento de consumo, etc. El arte lleva la marca de su tiempo (Attali, 1995: 14), de ahí que sea necesario establecer una relación entre la música y el ámbito social, económico, político y cultural de cada sociedad, para poder conocer qué es lo que se intenta expresar mediante los sonidos de una determinada época. Además, si no tenemos en cuenta la relación existente entre la música y los factores que influyen en la concepción de la sociedad, es imposible determinar cómo cambia el gusto musical dentro de una cultura, o explicar porqué se produce un mayor consumo de un tipo de música sobre los demás.

JAIME HORMIGOS Y ANTONIO MARTÍN CABELLO.
La construcción de la identidad juvenil a través de la música

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