miércoles, 21 de julio de 2010

RECUERDOS DE RUBEN LENA - Por Luis Neira



Tengo recuerdo del rubio Lena en distintos momentos de su vida.
Yo apenas lo conocía de vista de verlo algún domingo jugando de centro "fobal" en el equipo de la Vaca Azul...
Siendo niño, pasaba yo, todos los días por esa esquina, rumbo a la Escuela 25, situada en la otra cuadra, mirando con respeto a esos muchachos mayores que iban al liceo y que entre caña y mate, hablaban de cosas importantes.
Recuerdo entonces que siendo yo casi adolescente, un cálido verano viajaba en el motocar, de Montevido a Treinta y Tres en el que iba también un grupo de estudiantes magisteriales, vocingleros y alegres, que venían a rendir exámenes libres en Montevideo, único instituto oficial donde se podía obtener el título. Tal vez venia Justita (Justa Lacuesta, quien fuera luego su esposa), alguna de las Bonilla, las Méndez, y la inconfundible figura del rubio Lena amenizando el tedioso viaje de ocho horas, cantos y algunos movimientos rítmicos por el pasillo entre los asientos.
Fue en esa época ya de mi adolescencia que en Treinta y Tres se solía escuchar "La Uñera", su primer tema musicalizado por Oribe Mariño, una especie de himmno del terruño:
La Uñera (canción zamba)
Atardeceres del este
nochecitas de mis pagos
cuantas cosas van al alma
tan suavecitas llegando. ...

Fueron los tiempos que aquel impetuoso número 9 de la Vaca Azul, tomara su primer destino de docente en una escuela rural, junto al maestro José Lucas (alias el Pepe o el Gallego Grande).
Por allí, según me contó conoció al Indio Baladán, que le enseñó algunos acordes en la guitarra, un hombre que apreciaba tanto la melodía que la había convertido en un adjetivo aplicado metafóricamente a todo lo bello, ya fuera un caballo o una mujer hermosa.
" Ese indio Baladán. Corredor de caballos, esquilador y peluquero, era guitarrero y cantor también. Para el toda cosa bella tenía su melodía y así decía, por ejemplo de un caballo: -ese caballo tiene su melodía".
Oyéndole en 1949, en Sierras del Yerbal, hallé uno de los hilos de lo que habría mi cancionero. Ese olor a tierra, que se percibe como propio y ese "trote" de la "Ariscona" que ustedes conocen lo sentí y es el mismo que el indio les daba a su milonga.


Compartí mas tarde largas horas de charla en la pensión que su cuñada, Irma Lacuesta tenía en Juan Paullier, casi Rivera, recién llegado de Venezuela, junto a su esposa.
Venían de realizar un curso de especialización en el Centro de Educación Fundamental para América Latina que dirigiera el maestro Miguel Soler.
Aunque hacía tiempo ya que había compuesto "La Uñera", zamba que cantaban estudiantes y cantores de Treinta y Tres, fue en ese período venezolano, que reflexionó sobre la necesidad de crear un canto nuestro, que refleja nuestro paisaje, nuestra gente y nuestra identidad.
- Los mexicanos- me decía cantaban todo el tiempo sus canciones y su música, lo mismo los brasileros; los argentinos, tenían su tango y zamba ... y nosotros sólo la clásica despedida de "Los asaltantes con Patente". Allí pensé que había que trabajar en nuestra música. Me lo propuse y junto a gente como Víctor Lima fueron saliendo cosas.
Y vayan si salieron, retrató el paisaje, gentes y costumbres que nos identifican en ese particular ritmo de serranera, con un entrañable sentido poético.
En su libro "Vagabundeos y canciones de Zenobio Rosas", pone en boca de su alter ego una larga descripción del Nico,...

Dicho

Me digo y no me desdigo
desde el cimiento al pretil.
Señores yo soy el Nico
Buen cuchara de albañil.


Su identidad oriental, como cuando compuso a "Don José" estuvo siempre presente y la reafirmaba en aquella pasantía venezolana, reflejada en una elocuente anécdota. ...en cierto partido de fútbol cuando entraba impetuoso en el área rival, y ante la peligrosidad de su ataque, alguién gritó: "marquen a ese argentino". Allí paró la carrera, olvidándose del gol, para gritarles a la cara: "Yo soy uruguayo, carajo".

EXALTACIÓN DEL POETA
Mucho se ha dicho del creador de canciones, pero poco se habla del poeta que fue Ruben Lena.
Dice el profesor y poeta Washington Benavides en la contratapa de "Las Cuerdas Añadidas" (EBO.Mdeo 1981), al presentarlo como al "mayor autor del Canto Popular Uruguayo".
"...esconde con arte de teru- teru, su profundo saber de la poesía universal, su espíritu alerta las cosas de este mundo, con un giro regional o una humorada olimareña, que es, al fin y al cabo, la otra raíz de la gran poesía del mundo: la folklórica, la de la famosa raíz o la colita de tatú del saber popular..."

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